POTENCIALES EVOCADOS VISUALES

¿En qué consiste?

El estudio de Potenciales Evocados Visuales (PEV) es una prueba neurofisiológica que evalúa el funcionamiento de las vías ópticas, es decir, la conexión entre los ojos y el cerebro. Es una prueba no invasiva e indolora que su médico puede recomendar si existen dudas sobre el funcionamiento de sus nervios ópticos o si ha experimentado cambios en su visión.

¿Cómo se lleva a cabo?

Al llegar, el médico especialista le explicará el procedimiento y responderá sus preguntas. Le pediremos que firme un consentimiento informado. Se marcarán puntos específicos en su cabeza y se limpiarán estas áreas con un gel abrasivo suave para garantizar una buena conexión. Se colocarán pequeños electrodos (discos metálicos) adheridos con una pasta conductora. Se disminuirá la iluminación de la sala y se cubrirá un ojo a la vez para evaluar ambos ojos por separado. Se le pedirá que fije la mirada en el centro de una pantalla con un patrón de tablero de ajedrez en movimiento o luces intermitentes. La prueba dura entre 30-60 minutos, dependiendo del protocolo utilizado.

¿Cómo debo prepararme para el estudio?

Si usa lentes, no olvide traerlos, ya que podrían ser necesarios durante la prueba. Informe al personal sobre cualquier condición ocular que tenga el día del estudio. Continúe tomando su medicación habitual sin interrupciones y mantenga su alimentación normal antes del procedimiento. También, traiga una lista actualizada de los medicamentos que está tomando. Lave su cabello antes del estudio y evite el uso de productos como gel, laca o cremas. Si utiliza extensiones, pelucas o postizos, retírelos previamente. Le recomendamos llevar un peine o cepillo para acomodar su cabello al finalizar la prueba.

 ¿Existen riesgos o efectos secundarios?

No hay efectos secundarios ni riesgos conocidos asociados con la prueba de Potenciales Evocados Visuales (PEV). Es una técnica segura, indolora y no invasiva.